!bool(false) !
Advanced search
Artist
2024 0-9 z y x w v u t s r q p o n m l k j i h g f e d c b a

Christina Rosenvinge - Un Hombre Rubio '2018

24bit
Un Hombre Rubio
ArtistChristina Rosenvinge Related artists
Album name Un Hombre Rubio
Country
Date 2018
Genre
Play time 41:32 min
Format / Bitrate 24 BIT Stereo 2429 Kbps / 96 kHz
Media WEB
Size 834 MB
PriceDownload $6.95
Order this album and it will be available for purchase and further download within 12 hours
Pre-order album

Tracks list

“Ser hombre es llevar un corsé que aprieta tanto como el de las
mujeres” era el interesante titular que Christina Rosenvinge nos dejaba
durante la promoción de su disco anterior, ‘Lo nuestro‘.
Inspirada por su padre, la artista ha escrito ahora un álbum de título
masculino, ‘Un hombre rubio’, escrito desde “un yo masculino
indefinido”, sobre “la cárcel” que puede suponer también
la masculinidad al no permitir, por ejemplo, la muestra de sensibilidad,
sentimientos o debilidades.

El punto de partida de ‘Un hombre rubio’ es el single
‘Romance de la Plata’. Tras el “romance” flamenco que
Rosenvinge escribió para el último disco de Rocío Márquez, la
artista escribió este otro en la noche en que se cumplían 26 años de la
muerte de su progenitor, que ocurrió a su vez cuando ella tenía 26
años. No estamos ante una dedicatoria desgarrada a lo ‘11 de
novembre‘ de su admirada Sílvia Pérez Cruz, con la que por cierto
han compartido productor en el pasado, Refree. Christina dice en las entrevistas
que el suyo fue “un padre horrible”, si bien ha llegado a la
conclusión de que fue “víctima de sí mismo”. La canción
contiene fragmentos muy duros (“nadie vino de esa tierra fría / a
llorarte el funeral”), si bien al final la artista prefiere optar por el
consuelo de la amistad (“un gitano (…) te veló en el hospital y
su lágrima era de fina plata, plata fina de verdad”) y la
reconciliación a través de la empatía (“cómo no voy a
entenderte, padre, si es mi misma soledad”).

Al posicionarse finalmente en el lugar de la persona que le ha dado tan
reconocible primer apellido, Christina abre la veda de la derriba de géneros,
pues que esta canción sea el punto de partida de todo el disco sirve a la
artista para entregar un álbum que reflexiona sobre los roles paternales y
patriarcales en nuestra sociedad actual, dejando un discurso más rico y lleno
de aristas que en el caso de que simplemente se añorara o se reflexionara
sobre un familiar perdido o un antepasado.

Jugando con la idea de que la RAE defina “hombre” como “ser
animado racional, varón o mujer”, el álbum se abre con ‘La
flor entre la vía’, un tema narrado por un joven que se rebela contra
los roles de género con los que no comulga: “no tengo proezas de
conquistador” rima con “no entiendo nada de un motor”, y el
narrador afirma que “no es José ni María” pero sí recalca
que es “hijo de una flor”. Por su parte, las canciones de amor en
las que Rosenvinge cumple su “fantasía” -según sus propias
palabras- de “reencarnarse en crooner”, revelan para quien lo
dudara, que el género es lo de menos cuando se habla de amor. Ambos cortes,
además, presentan enfoques singulares. ‘Ana y los pájaros’
habla sobre un amor de juventud, y en una mini entrevista reciente nos decía:
“Los amores ligeros, sin ataduras, hay que vivirlos intensamente y
dejarlos pasar sin amargura ni resentimiento. Resulta difícil aceptar que
eres solo uno más para el otro, no el definitivo, si es que hay tal cosa.
Todos queremos ver nuestro nombre grabado a fuego en el corazón de los
demás, ser lo más importante, pero a veces no es así y no pasa
nada”. Y la final ‘La piedra angular’ es sobre un amor, este
de madurez, lleno de humor y fetichismo (“bajo la almohada / olvidaste tu
batín / le estoy dando un uso / obscenamente vil”).

Respecto a esto último, es una pena que Christina Rosenvinge tenga esa imagen
de artista intensa para mal. Este álbum es cierto que contiene un fuerte
contenido social, reforzado por ‘El pretendiente’, sobre un joven
africano que emigra a Europa y topa con las cuatro reinas de la baraja
española y con un “puente de agua”; y por ‘Berta’,
un tema dedicado a una activista del medio ambiente hondureña, asesinada en
2016 por sus ideas. Sin embargo, ambos cortes evitan lugares comunes y además
el humor aparece de manera intermitente desde la misma portada con las palabras
“Un hombre rubio” acompañadas de una estupenda foto del habitual
Pablo Zamora, hasta las entrevistas promocionales (esa referencia a la
“bollera potencial que llevo dentro”), pasando por lo que más nos
interesa, los textos. Y es que solo ella podía incluir en un disco como este
una canción sobre El Cordobés, hijo. ‘Pesa la palabra’
imagina estar entonada por El Cordobés, padre, al haberse negado este a
reconocerle. Rosenvinge, hija, ha escrito una canción muy hermosa inspirada
en concreto por la declaración “Tengo un padre de humo, pero mis hijos
un abuelo de verdad”. Con reflexiones sobre lo que odiamos parecernos a
nuestras familias (“de mí heredaste / la buena planta / parecerte en
algo más te espanta”), está integrada perfectamente en la
temática del disco, ejerciendo de maravillosa apertura para la cara B.

Llama mucho la atención que la cara B sea precisamente tan accesible, pues el
single de presentación no lo era tanto. Una vez asumido que los tiempos de
‘Tu boca’ están enterrados, pues Rosenvinge la escribió en
verdad para Paulina Rubio y sus intereses van por otros derroteros, lo cierto es
que casi todas estas nuevas canciones entran con más facilidad que las de
gran parte de ‘Lo nuestro‘ y ‘La joven Dolores‘,
evocando incluso en espíritu a los tiempos de Christina y los Subterráneos
por espontaneidad y frescura. Si el riff de guitarra y el modo de cantar
“Ana” de ‘Ana y los pájaros’ y el teclado en la
preciosa coda de ‘El pretendiente‘ se acercan a lo que podríamos
llamar “gancho pop”, las cuerdas sintetizadas tras los
“Aguanta” de ‘Niña animal’ o el modo de cantar al
“silencio” de ‘Pesa la palabra’ están entre los
momentos más contagiosos de su discografía. También suma el carácter
uptemo de ‘Afónico’, la cual remite, supongo que
involuntariamente, a los Radiohead más accesibles de “Jigsaw” o
‘Bodysnatchers’, donde ‘La piedra angular’
definitivamente nos lleva a ‘Subterranean Homesick Alien’.

Como colofón a un álbum tan lleno de detalles, lecturas y reflexiones
sobre la igualdad, Christina Rosenvinge ha prescindido definitivamente de los
servicios del solicitadísimo Refree para volver a producir el disco en
solitario, en un mundo en el que incluso a nivel internacional podemos contar a
las productoras femeninas que han decidido producir 100\% solas, con los dedos
de las manos. Inspirada por el último Bowie, cuya muerte le ha afectado
incluso a nivel personal, ha afrontado este reto situándose más bien en
los crudos terrenos de la primera PJ Harvey, pero sin renunciar a elementos
embellecedores propios de nuestro folclore (hay castañuelas y guitarras muy
españolas, además de cadencias un tanto francesas) o a cajas de ritmo y
programaciones, tan perfectamente encajados que ni parecen estar ahí. Charlie
Bautista y Manuel Cabezalí continúan apareciendo en los créditos como
músicos, pero todos sabemos quién manda aquí. Una artista que, como
dice su colega Tulsa o nuevas artistas como Las Chillers, es un icono de este
país, pero debería estar incluso en una posición mucho mejor gracias a
un talento que no termina de conocer cumbre creativa ni mucho menos desgaste.

Tracklist:
4:28 | 01. Christina Rosenvinge - La Flor Entre la Vía
5:11 | 02. Christina Rosenvinge - Romance de la Plata
4:35 | 03. Christina Rosenvinge - El Pretendiente
5:02 | 04. Christina Rosenvinge - Ana y los Pájaros
4:23 | 05. Christina Rosenvinge - Pesa la Palabra
4:03 | 06. Christina Rosenvinge - Niña Animal
4:15 | 07. Christina Rosenvinge - Berta Multiplicada
5:26 | 08. Christina Rosenvinge - Afónico
4:09 | 09. Christina Rosenvinge - La Piedra Angular

Christina Rosenvinge


Album